Hola Ángela,
hasta ahora yo comía en el trabajo y recogía a Marc (tiene 21 meses) de la escuela infantil sobre las 3 y media cuando él ya había comido y en ocasiones merendado. Ibamos a casa a jugar y al parque.
Ahora mi marido tiene jornada intensiva y recogemos a Marc a la misma hora pero nosotros no comemos hasta que no llegamos a casa. La situación ahora es desesperante porque cuando nos sentamos para comer me reclama para que vaya con él a jugar y si no voy se pone a llorar y no nos deja comer tranquilos. Yo le digo que la mamá irá a jugar con él cuando termine de comer, que nosotros todavía no hemos comido, pero no sirve de nada. Le ofrezco sentarse en la mesa con nosotros y comer algo ligero y que le guste (zumo, yogur, fruta,...) o le digo que vaya él a jugar que en terminar de comer voy yo. Como nada de esto funciona, le dejamos llorar y le ignoramos aunque comemos bastante desagusto y rápido. Para cenar algunas veces también tenemos el mismo problema.
¿Estamos haciendo lo correcto? ¿Qué podemos hacer más?
hasta ahora yo comía en el trabajo y recogía a Marc (tiene 21 meses) de la escuela infantil sobre las 3 y media cuando él ya había comido y en ocasiones merendado. Ibamos a casa a jugar y al parque.
Ahora mi marido tiene jornada intensiva y recogemos a Marc a la misma hora pero nosotros no comemos hasta que no llegamos a casa. La situación ahora es desesperante porque cuando nos sentamos para comer me reclama para que vaya con él a jugar y si no voy se pone a llorar y no nos deja comer tranquilos. Yo le digo que la mamá irá a jugar con él cuando termine de comer, que nosotros todavía no hemos comido, pero no sirve de nada. Le ofrezco sentarse en la mesa con nosotros y comer algo ligero y que le guste (zumo, yogur, fruta,...) o le digo que vaya él a jugar que en terminar de comer voy yo. Como nada de esto funciona, le dejamos llorar y le ignoramos aunque comemos bastante desagusto y rápido. Para cenar algunas veces también tenemos el mismo problema.
¿Estamos haciendo lo correcto? ¿Qué podemos hacer más?