Hola Rosa!
Bueno, yo no soy ninguna experta pero tras trece meses amamantando a mi hija te puedo dar mi opinión de lo que desde mi experiencia hacer... Yo con dos meses no intentaría espabilarlo si se duerme, simplemente si se duerme pues se ha dormindo, descansa tú o a otra cosa mariposa...además que se duerma hace pensar que está satisfecho. Lo que pasa con la lactancia materna es que uno no ve lo que el niño toma y, eso en ocasiones puede generar ansiedad, pero una de las cosas que la hace más maravillosa es el poder "dejarse llevar" abandonando los intentos de control y confiando en que tu hijo y tu cuerpo formarán un equipo perfecto ajustando tu producción a sus necesidades. Todo ello con la prudencia de ver que moja los pañales y que su ganancia de peso es adecuada. La producción de leche va variando en función de lo que el niño mame y se ajustará, siempre que no des biberones, a la cantidad y necesidades de ese momento de su desarrollo; por eso mismo, no te recomiendo que uses sacaleches, Para qué? Para qué quieres producir más leche de la que tu hijo necesita?.
Con respecto a lo del cambio de pecho, lo que hacía, es que si sólo había estado en un pecho pues a la siguiente toma lo ponía en el otro; si le había ofrecido los dos pechos, a la siguiente toma le ofrecía primero el último que había tomado, "suponiendo" (porque de nuevo, tampoco sabes con certeza) que al haber ofrecido los dos el segundo no lo había vaciado. Un pequeño indicador para guiarte es notar el pecho un poco más voluminoso o duro si está lleno, tampoco de manera exagerada, pues las mamas no son un contenedor de leche, conforme se regula la lactancia, la leche la produces en el momento de la toma con la succión, y sólo una pequeña parte ya estaba contenida en el pecho.
La frecuencia de tomas es muy variable de niño a niño, y tampoco es nada extraño que con dos meses a la media hora te vuelva a pedir... tranquila!! con el tiempo se irá regulando y se espaciarán las tomas... pero aún es muy chiquitín.
Con todo esto, intento haberte restado algo de ansiedad... y, ahora, mi consejo es que te olvides de todo y te dejes llevar confiando en la naturaleza y que lo disfrutes mucho.
Un abrazo.
Vero.