Estimada Maria del Rocío:
La succión del pulgar, por desgracia, es una costumbre que si no se erradica en el momento del inicio, se convierte en una práctica difícil de suprimir. Por lo tanto, mi consejo es que lo eliminéis y a la vez, que comprendáis el estado anímico de Carla (en este caso de enfado). Tened paciencia y sed, en esos momentos, especialmente cariñosos.
Un abrazo y suerte.