Ya llevo casi un mes con mi hija Itziar y, con ella, no tengo ningún problema. No es así con el dichoso entorno del que tanto nos has hablado en el curso y del que, supuestamente, estaba preparada para capear.
Lo tenía todo clarísimo y estaba dispuesta a poner los límites que hicieran falta y que cada uno estuviera en su lugar. Todo estaba claro hasta que nació Itziar...
Primero fue cesárea y cuando subí a la habitación la niña ya había pasado por todas las manos posibles menos por la mías y por las de su padre (la subió la matrona y el padre subió solo). Cuando la tuve me la puse al pecho y todo iba bien hasta que al día siguiente se enteró mi entorno que perdió peso (su padre y yo teníamos claro que lo iba a hacer) pero ahí empezó mi martirio. Justo lo que tú decías: esa niña tiene hambre, se come hasta los puños; no tienes pezón; yo ya le hubiera dado un biberón, etc.
Yo tenía fuertes dolores de cabeza, pero aun así, todo controlado. Estábamos convencidos que iba a tomar pecho. Todo estaba controlado hasta que al tercer día la niña ya perdió el 10% de su peso y la subida de la leche todavía no estaba, o si, no sé. El caso es que yo seguía convencida de aguantar un poco más, pero mi sorpresa fue cuando mi pareja se pasó al otro bando y me sentí culpable por haber aguantado tanto. Fue ahí cuando me desmoroné, pedí la leche artificial y empecé con ella (justo ese día me subió la leche, pero la decisión estaba tomada). Todavía me siento mal por no haber seguido con mis ideas iniciales.
El caso es que siento rencor hacia las personas que me hicieron sentir mal y cambiar de idea ( se que no fue su intención y que quieren lo mejor para mi y para la niña). Desde entonces cualquier consejo, opinión, comentario... lo tomo como algo negativo y me cierro en banda. Además casi no me gusta que interactúen con la niña, no suelo dejarla a solas con esas personas casi nunca (menos con su padre).
Esto ha sido lo peor del embarazo, del parto y de la adaptación a la nueva situación. Tenías mucha razón en decir que mejor un ¡HASTA AQUÍ! a tiempo que un remordimiento continuo por no tener valor para hacerlo.
Gracias por todos tus comentarios al respecto. De verdad iba muy preparada, aunque no tanto para el cambio de idea de mi pareja, ya que hizo sentirme sola y nadando a contracorriente.